Tuesday, December 28, 2010

Propósitos para el año viejo

Todavía me queda una semana antes del 2011, así es que me he propuesto una tarea indispensable para iniciar este año y, con perseverancia, seguirla durante todo el que sigue. Me refiero al cuidado de mi salud, para lo cual haré lo siguiente:

1. Tomarme con disciplina y sin falta mis miles de productos de GNLD
2. No perderme mis citas con la china
3. Hacer al menos una hora de ejercicio todos los días (menos los fines de semana)
4. Intentar no desvelarme más de lo extrictamente necesario
5. Desayunar
6. Tener al menos una actividad al día que no sea trabajo y que me distraiga y me relaje

Ustedes están de testigos ;)

So, let's beguin!

Friday, December 10, 2010

El arte de brindar sentido a un escrito con la última frase

-Me gustan mucho los niños -dijo la luna-. Sobre todo los pequeños; son muy graciosos. Cuando menos piensan en mí suelo asomarme entre las cortinas y el marco de una ventana para mirar su habitación. Es divertido ver cómo les ayudan a desvestirse. Primero salen del traje los hombritos, redondos y desnudos; luego, el brazo aparece poco a poco, o les veo quitarse las medias y aparecer una preciosa piernecita blanca y firme, hay que besar esos pies, y ylos beso -dijo la lua.

Esta noche, ¡te lo tengo que contar! Esta noche estuve mirando por una ventana que no tenía las cortinas corridas del todo, porque no hay vecinos en la casa de enfrente. Vi un tropel de pequeños, hermanos y hermanas. Había una niña de sólo cuatro años, aunque se sabe el padrenuestro tan bien como los demás, y la madre se sienta todas las noches al borde de su cama y la oye rezarlo, luego le da un beso, y la madre no se va hasta que la niña se queda dormida; todo sucede en un abrir y cerrar de ojos. Esta noche los mayores estaban algo traviesos, uno saltaba a la pata coja vestido con su blanco camisón largo, el otro estaba de pie encima de una silla, rodeado por la ropa de todos los demás; decía que era un cuadro, y los demás tenían que adivinarlo. El tercero y el cuarto ponían ordenadamente los juguetes en el cajón, que es lo que se debe hacer. Pero la madre estaba en la cama del más pequeño y les dijo a todos que guardaran silencio y estuvieran calladitos, porque la pequeña estaba rezando el padrenuestro.

-Miré al otro lado de la lámpara -dijo la luna-. La niña de cuatro años estaba en su cama de blancas y finas sábanas y tenía las manitas juntas y en la carita una expresión muy solemne, estaba rezando el padrenuestro. "Pero, ¿qué dices -preguntó la madre, interrumpiéndola a la mitad de la oración-, después de "nuestro pan de cada día dánosle hoy"? Dices algo más, pero no consigo oírlo bien. ¿Qué es? Tienes que decírmelo". Y la niñita calló y miró cohibida a su madre. "¿Qué es eso que dices además de "nuestro pan de cada día dánosle hoy?"" "No te enfades, mamita -dijo la pequeña-. Pedí que tuviera también mucha mantequilla".


Hans Christian Andersen

Sunday, December 05, 2010

Caminos de papel




Sería bonito que hubiera un caminito trazado en la tierra, en el aire, en el mar... incluso en la propia piel. Un caminito reconocible por sus colores y su brillo, que pudiéramos encontrarlo siempre y no perdernos nunca...

Sería bonito, pero no es. Sólo hay lienzos en blanco y los caminitos los dibujamos con las tintas y colores que encontramos por la vida. No hay caminos inconclusos, todos llevan hacia alguna parte. Tampoco hay dos iguales. Y todos los que ya trazaron hermosos caminos llenos de curvas, montañas y profundidades, nos llaman a seguir el de ellos. Lo he intentado con un par, pero la verdad es que nunca podré llegar al final. Son caminos hechos para verse, para disfrutarse como una película o un libro en una lluviosa tarde de encierro. Incluso para pensarse y para tomar nuevos colores y texturas. Pero no para seguirse, porque los caminos se trazan. Siempre se trazan...

Wednesday, December 01, 2010

Vocación de amar



Había una vez, un pequeño director de orquesta. Y digo pequeño porque a penas tenía escasos cinco años, pero incluso a esa edad ya se tomaba su vida y sus decisiones con bastante seriedad. Le pedía a su papá que le prendiera el radio en la estación de música clásica y se ponía a escuchar atentamente. También le gustaba poner a sus juguetes en posición de orquesta: los soldaditos eran las cuerdas, los peluches los alientos y la enorme pelota tocaba las percusiones. Y cuando había piano o alguna voz humana, entonces tomaba una de las muñecas de su hermanita y la ponía como la estrella principal, en medio de todos los demás juguetes. Entonces el pequeño director alzaba las manos, cerraba los ojos y dirigía a su improvisada orquesta al ritmo de lo que fuera que tocaran en el radio. Sus bonitos rizos negros se movían con las melodías de Mozart, Bach, Beethoven, Mahler, Tchaikovsky...

Cuando cumplió ocho años, el pequeño director decidió dar un paso más e incursionar en el mundo de la composición. Se sentaba durante horas frente al desafinado piano de la casa e improvisaba sencillas canciones acerca de los bichitos, de sus amigos y de las cosas que le pasaban en la escuela. Pero su mayor fuente de inspiración, era su mamá. A ella le dedicaba sus mejores obras y se las tocaba él mismo entusiasmado, y ella, conmovida por el interés musical de su hijo, decidió meterlo a clases de piano. A esa edad, el pequeño director supo que de grande sería un músico famoso.

Veinte años después, el pequeño director ya no era pequeño. Seguía teniendo unos brillantes rizos negros que se movían al compás de la música, pero ahora dirigía a una orquesta con músicos de carne y hueso. Como lo había predicho de niño, se había convertido en un director afamado y reconocido. Viajaba por todo el mundo con su orquesta y enloquecía al público de todos los países con sus maravillosas interpretaciones. Pero, precisamente el día de su cumpleaños número veintinueve, mientras dirigía el grandioso Mesías de Händel, se dio cuenta de que le faltaba algo a su música. Las notas, los sonidos, el tiempo, la melodía... todo estaba ahí. Sonaba magnífico, pero le faltaba algo. Y entonces, el famoso director se dio cuenta de que lo que le faltaba a la interpretación no era nada en la música, sino que le faltaba algo en su interior.

Terminó el concierto, agradeció al alborotado público y se encerró en su camerino. Al día siguiente, ante la sorpresa y el estupor de todos, anunció con voz grave y seria que dejaría la música durante un tiempo y se dedicaría a viajar. Por más que le rogaron y le pidieron que no hiciera semejante locura, el famoso director estaba decidido. En un último intento de convencerlo, le dijeron que no tenía sentido irse a viajar, cuando en realidad ya conocía todo el mundo por sus giras y sus conciertos. Y entonces él contestó que, a pesar de haber pisado casi todos los países de la Tierra, lo único que conocía de ellos era sus salas de conciertos. “Ahora quiero conocer lo demás.” Y con estas palabras, desapareció de la vista de todos.

El director, que ya no era director, cumplió su cometido y se dedicó a viajar. Seguía siendo famoso, sin embargo, porque los periodistas y reporteros lo asediaban para preguntarle sus motivos para haber abandonado una carrera tan brillante, pero después de un tiempo se cansaron de su silencio y lo dejaron en paz. Así fue como el mundo olvidó al famoso director.

Disfrutando de su nueva libertad, conoció muchos lugares y a mucha gente, comió toda clase de platillos, aspiró un sinnúmero de aromas y vivió grandes experiencias. Pero el hueco que sentía en su interior, aunque se había hecho más pequeño, no había desaparecido del todo.

Un día, mientras caminaba por las calles de un pueblito, del cual no recuerdo el nombre, el ex-famoso ex-director vio a una muchacha. Era una joven de unos veintitantos, con el cabello castaño y una sonrisa bonita. Francamente, era una chica normal, pero para el ex-director no había mujer más hermosa sobre la faz de la Tierra. Se le acercó y se puso a platicar con ella. Como tenía una gran experiencia y conocía muchos lugares, encantó a la muchacha con sus anécdotas y sus ocurrencias. La invitó a salir y ella aceptó. Durante los siguientes días siguió cortejándola, escuchándola y conociéndola. Cada día se enamoraba más de ella, de su sonrisa y de su voz dulce y suave. Y ella también se enamoró de él. Y así fue como el viajero se convirtió en un amante.

Entonces decidió dejar de viajar, porque había encontrado su hogar con ella. Por un momento, olvidó el vacío que había sentido en su interior y se entregó completamente a la felicidad que le producía su nueva vida. La muchacha y el ex-viajero aprendieron muchas cosas juntos. Él le enseñó a cantar y a cocinar los deliciosos platillos que conocía. Ella le enseñó a andar en bicicleta, a besar y a acariciar sus cuerpos acostados en la hierba. Y ambos se enseñaron a hacerse el amor. Así fue como el ex-viajero se convirtió en padre, y jamás volvió a sentir un hueco en su interior.

El pequeñito que nació de esta singular pareja también tenía unos rizos preciosos, pero él no quería ser director. A sus escasos cinco años, se la pasaba mirando las estrellas con sus ojitos bien abiertos. Muchos decían que de grande sería un astrónomo famoso... o tal vez tan sólo era un gran soñador...

Wednesday, November 24, 2010

Vanity, thy name is human

El camino de la bondad es peligroso. No tanto por los obstáculos y las envidias que vienen de fuera, sino por los demonios que uno alberga adentro. Ya lo había dicho Cristo: no es lo que entra en el hombre lo que lo daña, sino lo que sale de él. Y uno de mis peores demonios internos, es la soberbia.

He luchado contra ella desde que soy consciente de que la tengo, y ha sido una lucha exhaustiva y agotadora. Y es que es tan difícil ser humilde... en especial cuando te enfocas tanto en conseguirlo. A veces incluso siento que estoy encerrada en un círculo infinito, pues cuando más creo haber logrado actuar con humildad, descubro que el móvil de mis acciones no es el amor, sino la vanidad.

Ser humilde no es hacerse pequeño por el deseo interno de que los demás reconozcan que eres grande. Ser humilde es reconocer desde un inicio que nuestra naturaleza está llamada a ser mucho más de lo que somos ahora e intentar engrandecerse. Amar no es sacrificarse siempre y ser un mártir viviente; es disfrutar dando y recibiendo. Es decir, compartiendo.

Lo único que uno logra yéndose al otro extremo del péndulo por miedo a ser soberbio, es terminar con una autoestima hecha puré y con una salud física peor. Y, al menos en mi caso, eso provoca un pésimo humor y un desquite emocional con los que te quieren, lo cual te causa remordimientos, menos autoestima y el círculo vicioso vuelve a empezar.

Necesito acordarme de la grandeza que hay en mí, necesito darme tiempo para mí misma, cuidarme, mimarme y consentirme un poco más y, lo más importante: dejar de tener miedo.

El miedo, aunque se le tenga a un pecado, es la peor de las enfermedades. Y ya me estoy cansando de padecerla.

¿En dónde dejé mi espada?

Saturday, October 02, 2010

Un ejemplo a seguir

Paty nos cayó del cielo. Cuando todos habíamos perdido la esperanza de tener un hogar tranquilo y amable para vivir, llegó ella con su sonrisa tímida y sus ojos chispeantes. Es una mujer joven y sencilla. Siempre tiene su cabello negro atado en una cola de caballo, sus uñas cortas y limpias y le gusta vestirse con jeans y tennis para trabajar. Mi mamá la contrató después de una muy mala experiencia con Lucía, nuestra muchacha anterior. Lucía y mi mamá nunca se entendieron. A mí tampoco me era del todo agradable, pues era muy callada, arisca y tenía una mirada fea. Siempre he pensado que el alma de las personas se refleja en sus ojos, y los de Lucía eran terriblemente opacos y desconfiados. En cambio los de Paty son brillantes, limpios y sinceros, por lo que me dan la impresión de que es una persona honesta y que puedo confiar en ella.

Me cayó bien desde el principio. Al entrevistarla por teléfono, le dijo una frase a mi mamá que me gustó mucho: “Señora, sé que no soy perfecta y que cometo errores, así es que le pido que por favor me diga cuando algo no le guste para cambiarlo.” Es una actitud preciosa, pues es muy rara hoy en día. Por lo general, a la gente no le gusta que la corrijan y prefieren tapar sus errores que aprender de ellos.

Además de humilde, Paty demostró ser trabajadora y de mente inquieta. Le gusta mucho aprender cosas nuevas y perfeccionar lo que hace. En especial, le encanta cocinar y siempre está buscando aprender recetas nuevas. Puede parecer una nimiedad, pero es impresionante cómo nos mejoró el humor a todos en mi familia desde que podemos llegar a una casa limpia a comer rico y variado. Y es que una sopa de fideos grasosa e insípida puede amargarle el día a cualquiera.

Todos hemos aprendido a querer a Paty y a reconocer la gran ayuda que nos da, pero en especial yo le he tomado un cariño particular. Como ahora paso la mayor parte de mi tiempo en la casa, he tenido la oportunidad de convivir con ella y de conocerla. En las ocasiones en las que como yo sola en la casa, le gusta platicarme cosas de su vida mientras lava los trastes y limpia la cocina. Yo, por mi parte, agradezco la compañía y disfruto escuchándola. Ha tenido una vida realmente interesante. Es una niña de pueblo, hija de una madre religiosa y extraordinariamente conservadora (casi puritana), y de un padre ex-alcohólico converso al cristianismo. Tiene tres hermanos varones, dos de ellos militares, y un hijo que está por cumplir cuatro años: el pequeño Orlando. Curiosamente fue ella la que dejó al papá del niño, pues se dio cuenta de que era un hombre que no la amaba y que no la entendía.

“La gente aquí en la ciudad es más abierta, pero en mi pueblo piensan diferente”, me dice a veces. “Allá no entienden por qué decidí trabajar y mantenerme yo en lugar de casarme con el papá de Orlando. Mi mamá me dice que este es el destino que me tocó vivir y que debería conformarme con lo que tengo, pero es que yo quiero hacer algo por mí misma y darle un futuro a mi hijo.”

Paty siempre quiso estudiar una carrera. Le gustaba mucho la escuela y era muy buena, pero tuvo que dejarla en la prepa, pues su papá tuvo un accidente y ya no pudo pagársela. Ella insiste en que quiere aprovechar que es joven (a penas tiene mi edad) y ahorrar dinero para poder mantener a su hijo y darle estudios. Tiene el sueño de abrir una pizzería en su pueblo y vivir de su trabajo. Le duele estar separada de su hijo y a veces se pregunta si algún día Orlando le va a recriminar que lo dejara con sus abuelos para irse a trabajar. Incluso una vez se le salieron unas cuantas lágrimas, pero las escondió por orgullo. Yo le insisto en que no sea tan dura con ella misma, pues su situación no es nada fácil y es bastante loable que quiera salir adelante contra viento y marea.

“¿Y nunca has pensado en conocer a alguien más y casarte?”, le pregunté alguna vez. Al principio me dijo que no, que ya había tenido suficiente de los hombres. Pero hace poco me confesó que aún no ha perdido la esperanza de encontrar a alguien que comparta su forma de pensar y que quiera construir algo en conjunto. Creo, por todo lo que me ha contado, que lo que más le molesta es que quieran cortarle las alas y obligarla a quedarse en su casa y ser mantenida por un esposo. Es una Éowyn, un espíritu guerrero que teme que la encierren en una jaula.

Admiro mucho a Paty y trato de ayudarla en lo que esté a mi alcance. Ya no la considero solamente una empleada, sino que la reconozco como una amiga. Agradezco tenerla con nosotros, pero espero sinceramente que algún día pueda abrir su pizzería e irse a su pueblo, a estar con su hijo y a disfrutar de una tranquilidad bien merecida.

Wednesday, September 22, 2010

Pensamiento recurrente

Se sentó en su banca favorita del parque, la que daba al estanque de los patos. Su nana solía llevarla ahí cuando era niña. Hacía años que no regresaba, pero todo seguía igual. Incluso la banca seguía rechinando con el mismo sonido metálico de antaño. Pero la experiencia se sentía diferente. Era como observar un cuadro, como si ella estuviera fuera de la escena y tan sólo la estuviera contemplando.

Alicia vio sus manos. Estaban arrugadas y manchadas. Su cabello, alguna vez negro azabache, ahora era completamente blanco. ¿Cuándo había envejecido tanto? En ese momento le pareció que su vida había pasado muy precipitadamente. Había hecho tantas cosas, conocido a tanta gente, visitado tantos lugares... Había amado mucho, quizás demasiado.

-¿Será posible? -se dijo Alicia. -¿Se puede amar “demasiado”?

Tal vez tan sólo había amado lo suficiente, lo que había podido. Ser lastimado es parte del proceso, y ella lo sabía muy bien. Sin embargo, en ese momento, sentada en su banca favorita, tuvo la certeza de que cada cicatriz había valido la pena.

-¡Pero qué cosas piensas! -exclamó de pronto para sí. -Pareciera que te estás despidiendo, pero no deberías hacerlo. Aún tienes muchos planes y cosas que hacer.

Alicia se levantó, acompañada por ese rechinido metálico que la llenaba de recuerdos, y tomó el camino de regreso a su hotel. Su corazón viejo y remendado aún funcionaba y, escondido bajo la mata de cabello plateado, aún había un cerebro con una mente activa y ocupada.

-Si es verdad que la muerte es inevitable, -pensó Alicia- entonces quiero que me sorprenda viviendo.

Wednesday, September 15, 2010

Hermanas del arte

Las grandes escritoras del mundo escribieron igual que yo: mirando por la ventana de su cuarto especial, sintiendo y deseando lo mismo, soñando con transformarse a través de sus propias letras.

Mis heroínas como Jane Austen, Virginia Woolf, Sor Juana... escribieron lo que sabían; lo que vivían día a día y les interesaba y preocupaba. Concibieron sus mejores obras cuando escribieron para complacerse a ellas mismas, cuando dejaron de compararse y aprendieron a ser auténticas; cuando entendieron que los asuntos de cocina y de amores son los que al final valen la pena contar.

Me las imagino sentadas en su escritorio, como yo en este momento, vaciando su alma en el papel y dejándose llevar por el agradable murmullo de sus palabras resonando en su cabeza.

Las imagino disfrutando de un breve instante perdido en la eternidad, exclusivamente dedicado a ellas mismas. Y también las imagino despertando de su ejercicio de pasión desbordada, siendo reclamadas por ese mundo que veían con mirada inquisitiva y al que comprendían con una inteligencia aguda y un corazón despierto, pero al cual no podían adaptarse del todo.

Nunca las conocí y sin embargo me dejaron sus letras para leer a través de ellas, para sobrepasar los conceptos y las ideas y comprender los anhelos que las motivaron. No las conocí, pero me reconozco en ellas y espero, cuando el tiempo ponga a prueba mis letras, ser digna de compartir su pluma.

Wednesday, September 08, 2010

Hoy sería tu cumpleaños

51 años, para ser exactos. Es curioso cómo tu imagen de un hombre joven de 38 se ha quedado atrapada en mi memoria. No soy capaz de imaginarte más viejo, aunque lo he intentado. ¿Te verías como todos los demás papás? ¿Te estarías quedando calvo? ¿Habrías engordado un poco?

Te imagino sonriente, eso sí. Siempre fuiste muy simpático y juguetón... muy niño. Te gustaba molestarnos y hacernos renegar, competías con nosotros y te metías en nuestras discusiones infantiles y triviales como si fueran de la mayor importancia. Ahora, en ocasiones, me pregunto si realmente nos educabas o si sencillamente jugabas con nosotros. Era tu modo de descansar de esa seriedad tan severa que te caracterizaba en el mundo exterior.

Hace mucho que no lloraba por ti, que no te extrañaba tanto. Supongo que tiene que ver con que yo misma estoy creciendo y construyendo mi propia vida. Como en mi mente sigues siendo el mismo, poco a poco me acerco más a ti. Me pregunto cómo será cumplir 38 años y poder ponerme en tus zapatos. O, incluso, lo que será cumplir 51 y seguir recordándote como ese gran niñote, lleno de sueños y planes de vida por cumplir.

Memento mori... Es una idea que me ha acompañado desde que te fuiste, hace ya 12 años. A veces me da miedo hacer planes a futuro, de querer vivir mucho. Pero me da todavía más miedo saber que tú no fuiste el último contacto que voy a tener con la muerte. Temo perder y temo ser perdida por alguien más. Y, finalmente, sólo me queda seguir aquí, intentando vencer el miedo sin olvidarte del todo.

Supongo al final lo que va a importar no van a ser mis planes insatisfechos (porque los va a haber), sino lo que realmente hice con mi vida. Tu muerte no fue tan mala, para ser francos. Fue trnquila y tuviste la oportunidad de despedirte. Te veías en paz, y esa última imagen de ti me ha adyudado mucho a aceptar tu ausencia.

Me gustaría preguntarme a mí misma ante mi propia muerte: "¿Cuánto fuiste capaz de amar?", y que la respuesta me fuera por completo satisfactoria, como seguramente fue la tuya. También, confieso, le he pedido a Dios que me permita irme de aquí escuchando algo de música. La pieza concreta se la dejo a su elección, pues confío en su buen gusto. Ya te contaré cuál fue.

Tuesday, August 31, 2010

Aunque aún sienta miedo




"El trabajo puesto en manos de Dios no es inútil".

Es una frase que escuché decir al padre en misa este domingo. Es algo muy sencillo, incluso aparentemente obvio para los creyentes. Sin embargo, en ese momento a mí me hizo un sentido terrible.

Después de trabajar tanto y de recibir tantas críticas y muestras de desconfianza y conmiseración (principalmente por parte de personas que me quieren y se preocupan por mí), uno comienza a dudar, a temer y a desanimarse. Es difícil emprender, pero no tanto por la dureza de las circunstancias ni por los sacrificios, sino por no poder saber a ciencia cierta si los esfuerzos tendrán realmente una recompensa o si al final resultarán inútiles. El miedo al fracaso es uno de los temores más corrosivos y recurrentes que he tenido que enfrentar, y en gran medida ha sido por decisión propia.

La única manera que he encontrado para matar ese miedo, es la fe. En este caso cito una frase que mienta a una fe religiosa: si creo en Dios y en la Providencia, entonces tengo la seguridad de que todo mi esfuerzo está siendo considerado por Él, aunque no tenga frutos visibles para mí. Es una idea consoladora y esperanzadora, pero no es el único modo de fe que sostiene empresas como las que he tomado. La fe en las personas, en mis amigos, en mi propia determinación... todo eso cuenta, todo eso es indispensable para seguir adelante.

Sinceramente esta frase que cité es lo único que recuerdo del sermón de aquel día, pues significó tanto para mí que dejé de prestarle atención a lo demás. Al escucharla entendí que con fe se puede todo. Suena trillado y tal vez exagerado, pero no estoy hablando de una fe cualquiera, pues si pretendo que mi fe pueda con "todo", entonces tiene que ser una fe omniabarcante. No sólo tener fe en Dios, sino también en todo lo demás, especialmente en mí.

"Las ataduras están sólo en tu cabeza", me dije a mí misma mientras rezaba ese día. Nada me detiene, más que mis propios miedos, mi angustia, mi cobardía, mi comodidad. Nada me detiene más que yo, y la fe también cura eso.

Por un breve instante sentí que tenía el mundo de posibilidades infinitas a mis pies. Por un instante sentí la plena certeza de que puedo hacer cualquier cosa, por más imposible que parezca. Fue un momento de gracia que, desafortunadamente, no sigue tan presente ni con tanta intensidad en mí. Pero la idea sigue existiendo en mi mente y sé que es verdad, aunque aún sienta miedo.

Thursday, August 05, 2010

Descubriendo a Kubrick




Un director con una cámara fotográfica es tan libre como un autor con una pluma.

-Stanley Kubrick


El arte es una de mis pasiones y me gusta en cualquiera de sus manifestaciones. Pero hay pocas expresiones artísticas que disfruto más que el cine, pues conjuga todos los elementos de las demás artes: lo visual, la música, el texto, la actuación... Y si, además, todos estos elementos están dirigidos por la mano de un genio como Kubrick, mi deleite es absoluto.

Curiosamente, aunque es un nombre que me suena mucho y he crecido escuchando los títulos de varias de sus películas, realmente conozco muy poco de él y, hasta hace poco, no me interesabe mucho. Quizás tenga que ver con que sus obras no son sencillas y requieren de un poco más de conocimiento, madurez y prudencia que en mi corta edad a penas estoy adquiriendo.

El punto es que hace unos días se me ocurrió la brillante idea de ponerme a esculcar en el cajón de las películas olvidadas de mi madre y encontré una (todavía envuelta en el plástico de Mixup y con todo el polvo que se puede acumular en un par de años) que llevaba el título de "Barry Lyndon" y el nombre de Stanley Kubrick impreso en la portada. Me emocioné por mi nuevo descubrimiento y le propuse a Zoon verla juntos.

Debo decir que es una verdadera obra de arte. Visualmente es impactante, la música es soberbia y la historia está narrada de un modo extraordinario. Me fascinó porque logra captar la enorme complejidad de una vida humana y plasmarla, de un modo interesante y divertido, en un par de horas. Y lo mejor de todo es que no pierde el elemento dramático en ningún momento. Es la primera película de Kubrick que veo en la que le reconozco su genialidad (claro, todavía me falta, jeje).

Quisiera compartirles alguna escena, pero la verdad es que la fotografía es tan hermosa que vale la pena verla en buena resolución (como dato cultural: la mayor parte de los escenarios al aire libre fueron grabados con unos filtros especiales para captar la luz natural y evitar la iluminación artificial y muchos de los paisajes están inspirados en cuadros del Romanticismo).

Mientras se animan a verla, les dejo una probadita de la música de la película: la "Sarabande" de Händel. Que la disfruten ;)

Thursday, July 29, 2010

Lo que uno recuerda husmeando en youtube

No es un secreto que me encanta el ballet. Desde niña me obsesioné con El lago de los cisnes y quería ser bailarina profesional. De hecho tomé algunas clases de pequeña, pero mi madre decidió que no quería que yo siguiera por ahí y me sacó. Nimodo, cosas de la vida.

Sin embargo, aunque me frustraron el sueño, sigo siendo una gran admiradora de este arte. Les quiero compartir una selección de videos de ballet contemporáneo de una película que me encanta llamada "The Company". La vi hace años en el cine y hoy me acordé de ella, espero que les guste y que me digan qué opinan.











Y finalmente, mi escena favorita de la película: "My funny valentine".

Wednesday, July 21, 2010

Acupuntura

Es curioso, pero a veces, cuando la migraña me da muy fuerte, me imagino como si tuviera una especie de gas corrosivo en mi cabeza y que con hacerle un pequeño hoyito, como de un alfiler, ese gas malvado se escaparía y dejaría de presionar mi cerebro. Me lo imagino así, deseando el alivio que tarda mucho más en llegar.

Sin embargo, la sensación que tuve ayer mientras me clavavan los alfileres en la cabeza, fue bastante similar. No hubo ningún gas malvado, por supuesto, pero al final del tratamiento me sentí un poquito más ligera, como si por los piquetitos se me hubiera escapado algo de tensión y estrés.

Aún no he aprendido del todo cómo funciona la acupuntura, pero la experiencia me pareció muy interesante, además de que fue toda una novedad cultural escuchar a personas hablando chino en vivo, jeje.

No es cierto que no se siente nada, efectivamente duele ligeramente cuando ponenen los alfileres, pero es muy leve, como pequeños piquetitos. Y luego, efectivamente, ya no se siente nada. De hecho, creo que me dolió más el masaje que me dio la doctora al final, que los piquetes. Me masajeaba la espalda, el cuello y la cabeza con una fuerza que no parecía caber en una mujer tan flaquita. Y cuando me quejé de que dolía, me dijo con su chistoso acento: "Mucho muy tenso." Y al final agregó: "Si mañana duele cuello, no pleocupe. Nolmal." ¡Y cómo no!, si me deshizo todos los nudos que traía.

Por el momento, la experiencia no me ha defraudado. Esperemos que sirva...

Monday, July 05, 2010

Conociéndome en Frida

Me he dado cuenta de que es una cuestión recurrente: cuando un autor, artista o personaje histórico capta mi atención, me obsesiono con él una buena temporada. Me pasó con Remedios Varo, con Virginia Woolf, con Tolkien, con Simone de Beauvoir, con Heidegger... y ahora con Frida Kahlo.

Supongo que identificarme en algún aspecto específico de sus vidas me hace interesarme por su historia y por lo que tienen que decirme. Finalmente, todos mis vagavundeos en vidas ajenas acaba diciéndome mucho sobre mí misma y sobre mi presente.

Con Frida fue un verdadero accidente. Nunca me han gustado sus pinturas y siempre he tenido un terrible prejuicio sobre su tormentosa persona. Jamás me interesó saber sobre ella porque creí que no había demasiado, la verdad. Incluso me desagradaba que fuera el icono que exportamos como país a otros lugares: todo el mundo la ubica como "la artista mexicana" y sus autorretratos aparecen en postales, bolsas, llaveros y toda clase de objetos que compran los turistas. Y ahora que lo pienso, creo que a ella tampoco le encantaría haberse convertido en eso.

Volviendo al tema, resulta que mi interés por Frida surgió por una casualidad: estaba buscando un video que no tenía nada que ver en youtube para publicar en Eudoxa, cuando me topé con la película completa de "Frida". Recordé que fue bastante criticada en su momento y y me dio curiosidad. La vi entera y me gustó bastante, pero a sabiendas de que Hollywood suele tergiversar todo en aras de su "estética", decidí investigar un poco más de la vida de Kahlo. Me he dedicado a ver sus obras, a entender qué significan, a ver sus fotos, a conocer su vida... Y ahora me encuentro leyendo su diario personal, alguna vez guardado celosamente y actualmente publicado y a la mano de cualquiera que pueda comprarlo (porque no está nada barato).

Varias cosas me han cautivado de ella y sospecho que voy a publicar más de un post con los temas que me han rondando últimamente en la cabeza por su culpa, pero hoy quiero compartirles uno en especial. En la dichosa película hay una escena en donde la joven Frida conoce a Diego Rivera. No sé si el diálogo sea ficticio o si esté basado en el hecho histórico, pero las palabras que le decía Diego a Frida me pegaron profundamente. Ella quería saber qué opinión tenía él de sus pinturas y Diego le contesta: "¿Para qué quieres saber mi opinión? Si eres pintora, lo eres, y no vas a dejar de pintar aunque yo te lo diga."

Me recordó a algo que me dijo mi mamá cuando a mis 12 ó 13 años le alegué que yo todavía no era una escritora: "¿Entonces qué eres, si te la pasas escribiendo todo el día?". El artista es artista no porque alguien más le de el título, sino porque se dedica a su arte. Yo soy escritora cuando escribo, no cuando me refiera a mí misma con ese nombre.

Así es que, ya basta de autoengaños, y a escribir.

Friday, June 04, 2010

Frente al abismo

Es difícil, mucho. Sabía que lo sería, estaba perfectamente consciente de que iba a ser duro y que habría momentos de sufrimiento. Pero no es lo mismo saber algo que vivirlo.

No me arrepiento, sin embargo. El sufrimiento es parte de la vida y prefiero pasarla mal por algo que valga la pena para mí que vivir huyendo inútilmente del dolor.

Es difícil aprender a tomar decisiones propias, a salir del camino establecido y arriesgarse. Es duro sentirse solo de vez en cuando y que las dudas se coman la seguiridad a mordidas. Es horrible sentir miedo.

Estoy entrando a una etapa en mi vida en donde todo es nuevo e indeterminado. No sólo soy una empresaria joven (lo cual ya es suficientemente arriesgado), sino que estoy aprendiendo a pintar mi propio camino. Me está costando trabajo, pues aún tengo el vicio de querer llenar las espectativas que tenía de mí misma. Siempre he sido una buena alumna, una buena hija, una buena persona... y, de pronto, ese "buena" se quiebra, pues me doy cuenta de que dependía de si cumplía con lo que otras personas esperaban de mí. En el momento en el que empecé a hacer lo que quería, empecé a "fallar". Ya no soy "buena" hija porque no hago lo que mi madre esperaría de mí, ya no soy "buena" estudiante porque mis planes de vida son mucho más complejos que antes y la escuela ya no es mi prioridad número uno. Ya no soy la promesa de una mensión honorífica, ya no soy la próxima académica, ya no voy por el camino que otras personas habían pintado para mí y que yo había aceptado, pues era lo que quería.

Pero la gente cambia, y yo cambié. Ahora quiero pintar un camino alterno, un camino en el cual puedo triunfar, pero en el que también puedo derrumbarme estrepitosamente. No creo que sea menos loable seguir el camino ya probado por otros. Creo, de hecho, que está bien y que elegir un camino más convencional no nos hace menos valientes, menos importantes o menos especiales. No me siento más ni mejor que los demás por empezar una empresa y por jugarme la vida con un proyecto en el que creo. Finalmente, todos lo hacemos, de algún modo.

Lo que sé que definitivamente no se puede, es hacer las dos cosas. Y es terrible, porque hasta hace poco, las quería. Quería tenerlo todo y me escudaba detrás de ese refrán hermoso, pero poco aplicable de "querer es poder". No es verdad, porque no puede serlo. A veces, por más que queramos algo, no se puede tener. El punto no es lograr todo lo que nos propongamos, sino aprender a estar abiertos y a aprovechar lo que tenemos y las oportunidades que la vida nos va presentando. Y si a la mitad del camino encontramos una pared, tenemos que ser lo suficientemente sensatos para entender que por más ganas y fortaleza que tengamos, si nos lanzamos en contra de ella, nos vamos a lastimar y no vamos a llegar a ningún lado.

Tengo que aprender a ser lo suficientemente humilde para hacerme a un lado y continuar por otra parte.

Es dura la incertidumbre, pero es lo que elegí para mí y ya es hora de enfrentar las consecuencias.

Saturday, May 01, 2010

No soy niña y no soy aburrida

Con todo este rollo del día del niño he recibido una cantidad de felicitaciones y de mails cursis que incitan a los lectores a "nunca dejar de ser niños". Francamente, me parece un mal cliché.

Disfruté mucho mi infancia, me encantó ser niña, pero también disfruto muchísimo entrar en la adultez. Creo que el problema es que se ha identificado al adulto con un estereotipo chafa del amargado que ya no se ríe ni es capaz de divertirse, mientras que la figura del niño se ha idealizado. No es cierto que los niños sean más felices que los adultos. Es cierto que no tienen el mismo grado de responsabilidades y de trabajo, pero en la medida de su capacidad también tienen preocupaciones, sienten agobio y hartazgo. Los niños no viven siempre riendo en un mundo de colores; su entorno también tiene matices grises de vez en cuando.

La vida siempre es difícil y hermosa, y la vamos asumiendo conforme vamos madurando. Es cierto que ya no tengo tiempo para jugar a las barbies, pero tampoco me hace falta. Ahora puedo reír de cosas que de niña no entendía y, aunque me agobian mi tesis y mi trabajo, ya no me agobia tener que hacer mi tarea de español o juntar el mismo número de estampitas que mis amigas.

Alguna vez, hace tiempo, cuando mi mamá me dijo que extrañaba ser niña porque todo era más fácil, recuerdo haberle dicho que yo no, pues de pequeña las cosas que ahora me parecen fáciles en ese entonces no lo eran.

Agradezco sinceramente poder experimentar cada etapa. Disfruto mucho cada momento de mi vida y también reconozco que siempre va a haber que luchar contra los problemas, sean de la magnitud que sean. Me gusta recordar mi infancia y tengo una enorme cantidad de recuerdos de cuando era más pequena, pero me gusta ser adulto y poder hacer más cosas y abrir múltiples horizontes.

No se conformen con mantener un "alma de niño". Vayan más allá y siempre manténganse hambrientos de experiencias y madurez. La vida es divertida y crecer también.

Wednesday, April 21, 2010

Husmeando en las intimidades de Heidegger

"Querida Hannah:

¿Por qué es el amor tan rico, superando todas las dimensiones de las otras posibilidades humanas, y por qué supone una carga dulce para aquellos a quienes afecta? Porque nos convertimos en aquello que amamos y, no obstante, seguimos siendo nosotros mismos. Querríamos dar entonces las gracias al amado y no encontramos nada que satisfaga este deseo.

Sólo podemos dar las gracias dándonos a nosotros mismos. El amor transforma la gratitud en fidelidad a nosotros mismos y en fe incondicional en el otro. De este modo aumenta el amor continuamente su misterio más propio."

Este es un fragmento de una carta que el filósofo alemán Martin Heidegger le escribió a Hannah Arendt, alumna suya, gran filósofa también, y con quien mantuvo una relación amorosa, a pesar de que él le llevaba 17 años y que estaba casado y con hijos.

Zoon encontró un maravilloso libro con la correspondencia de estos dos en la biblioteca de la UP. Ya sabía que existía, pero en la facultad corría el rumor de que era un libro muy aburrido porque no eran cartas de amor, sino de pura filosofía (y Heidegger tiene fama -porque se la ha ganado- de ser un filósofo pesado y difícil de leer).

Sin embargo, como podrán ver, el rumor resultó falso. Efectivamente hablan de filosofía, pero filosofan sobre el amor, sobre las relaciones humanas, sobre el dolor, el arrepentimiento y muchas otras cosas interesantes y cercanas a cualquiera de nosotros. Realmente es una delicia leerlo. En especial porque se trata de la correspondencia de toda una vida, desde que eran jóvenes amantes, pasando por su separación y los horrores de la Segunda Guerra Mundial (Hannah era judía) y el reencuentro que tienen, cuando ella ya está casada con otro hombre y Heidegger le confiesa su infidelidad a su esposa (y al parecer ella lo perdona y hasta pide hablar con Hannah, lo cual ella relata sorprendida y conmovida en una de sus cartas). En su vejez se siguen escribiendo, ya como amigos y colegas, hasta que ella muere unos meses después de su última carta.

Siempre me he preguntado si alguien algún día leerá mis cartas cuando yo ya haya muerto. No creo que sean tan interesantes como la de estos dos grandes filósofos, pero ciertamente he escrito y recibido una cantidad de cartas importantes en mi vida. Y eso que a penas tengo 23 años y todavía pienso escribir muchas más... (¿o será que para ese entonces se hagan recopilaciones de blogs? jajaja).





Tuesday, March 30, 2010

Ya decía Sócrates que el filósofo tenía que ser un ocioso

Quiero estudiar, quiero hacer tesis, quiero trabajar en Eudoxa, quiero leer y escribir literatura, quiero escuchar música, quiero cuidar a mi novio, quiero ir a misa como prometí, quiero comer con mi familia, quiero procurar a mis amigos, quiero, quiero...

Dios, ¿por qué hiciste los días tan cortos? (¿y por qué permites que mi casa esté llena de gente y de ruido y de necesidades imperiosas como conseguir dinero para comprar tortillas...?).

Me pregunto si algún día lo urgente cederá espacio para lo importante.

Sunday, February 28, 2010

Terapia

Me duelen las letras. Se me atoraron en la cabeza y en el pecho sin que me diera cuenta. Cuando las sentí ya estaban haciendo presión y me molestaban. Intenté sacarlas, pero entonces se quedaron en mis dedos y se hincharon. Los tengo como globos rojos (como salen en las caricaturas cuando alguien se machuca).

Lo intenté con pluma y papel, porque dicen que así salen mejor, pero los remedios naturistas no siempre funcionan. Acabé con un montón de borradores tachoneados y los dedos manchados de tinta.

También lo he intentado con diarios, cartas, apuntes... Me alivian un poco, pero todo se queda a la mitad. Las letras no terminan de salir y me preocupa. No tanto por los dedos, sino porque se puede volver algo grave. Cuando las letras no salen con regularidad uno corre el peligro de intoxicarse de ideas o, en el peor de los casos, de dejar de producirlas.

Por eso es mejor obligarse a escribir, aunque las letras no quieran salir y los dedos molesten...

Friday, February 26, 2010

¿A qué me recuerda?






Hasta el mayordomo tiene el mismo lente, jeje.

Thursday, February 25, 2010

Cruda realidad

El niño más latoso con el que trato en mi servicio social se llama Emiliano. Acaba de cumplir 10 años y es la piel de judas. Tiene un poder enorme sobre sus compañeros, los intimida, hace su santa voluntad y dice un montón de groserías, en especial a las niñas.

Es terrible y, sin embargo, es con el que más me he encariñado. Le he dedicado mucho tiempo a enseñarle a ser más tranquilo, a no abusar de los demás y a portarse bien. Los primeros días se impresionaba de que lo "cachara" en sus travesuras. Al parecer pensaba que nadie lo veía, que pasaba desapercibido. Me pregunto cuánto tiempo será ignorado por sus padres para que piense que los adultos de hecho no lo ven

En los pocos meses que llevo de conocerlo lo he visto cambiar bastante para bien. Sigue siendo traviezo para llamar la atención, pero al menos ya no es tan agresivo. Incluso he descubierto que tiene un lado artístico: le encanta dibujar vírgenes de Guadalupe y colorearlas con acuarela. Y no le quedan nada mal...

Sé que no va muy bien en la escuela y que no hace sus tareas. Como miente y dice que no le dejaron nada, hoy decidí llevarle yo unos ejercicios de inglés. Era algo muy sencillo; nada más tenía que relacionar palabras con dibujos de animales. Me senté a ayudarlo a sabiendas que el inglés que les dan en la escuela es realmente deficiente. Me esperaba que no supiera el significado de las palabras. Lo que definitivamente no me esperaba, es que no pudiera leerlas.

-Emiliano, no importa que no sepas pronunciar en inglés; lee como si fuera en español.

Silencio. Emiliano sonrió con vergüenza y bajó la cabeza. Fue entonces cuando me di cuenta de que ni siquiera sabía los nombres de las letras.

Pasé toda la tarde de hoy repasando letras y sonidos. Sinceramente no tengo la técnica para enseñar a leer y me limité a imitar lo que las maestras hicieron conmigo en preprimaria. El pobre de Emiliano se aburría, era una verdadera tortura para él.

Hoy salí del servicio indignada y conmovida. El próximo jueves voy a ir con dos regalos para Emiliano: un libro de español y una caja de acuarelas.

Sunday, January 31, 2010

Ante la muerte

Estaba sentada, viendo pasar al tiempo, minuto a minuto. Vivía en un mundo estrecho, bien decorado y de buen gusto, con una chimenea, libros en las repisas y flores en las ventanas. Comía bien, descansaba lo suficiente y bebía con moderación. Se ahogaba, pues lo tenía todo y, a la vez, nada.

Ese día decdió levantarse y salir de esa vida controlada y vacía. Caminó descalza por la calle mientras llovía, sin miedo a resfriarse y sin importar lo que pensaran los vecinos. Gritó, bailó y besó al muchacho de la esquina, que siempre le había gustado. Tomó una manzana del puesto de frutas y se la comió sin lavarla. Entró empapada a la tienda de música y tocó el hermoso piano de teclas inmaculadas, tarareando una vieja canción de niños. Entonces lloró.

Ese fue el último día y el primero de su vida.

Saturday, January 30, 2010

Thursday, January 07, 2010

Sobre los magos




"La magia es un intento de controlar las fuerzas y poderes de la existencia. La magia suele aparecer en contextos religiosos, y puede resultar difícil trazar un límite claro entre oración y fórmula mágica. Si a pesar de ello señaláramos una diferencia, ésta tendría que ser la siguiente: en la religión, el ser humano se siente completamente dependiente de las fuerzas divinas, a las que puede orar u ofrecer sacrificios. En última instancia, siempre habrá que doblegarse a la voluntad del poder. Sin embargo, con los rituales mágicos el hombre intenta obligar a las fuerzas a someterse a su voluntad, casi siempre con el fin de conseguir objetivos muy concretos."

-Jostein Gaarder


Hoy leí este párrafo en un libro sobre religión y me llamó mucho la atención. Durante muchos años intenté definir exáctamente qué era la magia para mí. Me molestaba tener la certeza de que había algo más, de saber que el mundo no sólo se regía por leyes con causas y efectos visibles, pero no saber cómo llamarle a ese "algo más" y tener que recurrir al apelativo "magia" para designar algo inaccesible a mi entendimiento.

Después empecé a pensar que la magia era tan sólo ciencia en estado primitivo. Después de todo, la ciencia pretende entender y dominar a la naturaleza para imponer su propia voluntad sobre ella. Llegué a creer que algún día la ciencia podría conocerlo todo, y que lo que yo llamaba magia tan sólo era lo que todavía no podía entender porque aún no se le había dado una explicación.

Ahora creo la magia es diferente de la ciencia por el método: el científico conoce la naturaleza para dominarla, el mago recurre a un plano superior para poder dominar el plano inferior. No es precisamente lo mismo.

Pero al leer esto, algo llamó mi atención. El mago intenta controlar las fuerzas sobrenaturales, pero en realidad, también está sometido a ellas, pues son superiores a su propio poder. Finalmente, el mago está más sometido que el religioso, aunque él quiera pensar lo contrario.

Wednesday, January 06, 2010

Con manos de mujer

¿Cómo fue que te convertiste en una mujer? En realidad, sucedió tan rápido que ni cuenta te diste. Un día te levantaste y el espejo te devolvió una mirada distinta. El tiempo te ha cambiado tanto...

Ahora sabes que no necesitas ser bonita para ser amada. Sabes el valor de la sinceridad, de la profunda amistad y de la sencillez. También has aprendido a no medir a los demás solamente por su inteligencia y has desarrollado prudencia y humildad. Quizás demasiada.

Ahora entiendes, mujer. Ahora lo sabes.

La vida seguirá cambiándote sin que te des cuenta y un día llegará en que veas tus manos, estas manos con las que escribes, cubiertas de arrugas y manchas de la vejez. Esperemos que ese día puedas voltear a la repisa y encuentres un montón de fotos y recuerdos agradables. Esperemos que esas manos hayan trabajado suficiente y acariciado muchas almas.

Deseo, sinceramente, que hayas disfrutado la vida y que puedas pesentarte ante Él con una sonrisa y contarle lo mucho que amaste.