Thursday, February 25, 2010

Cruda realidad

El niño más latoso con el que trato en mi servicio social se llama Emiliano. Acaba de cumplir 10 años y es la piel de judas. Tiene un poder enorme sobre sus compañeros, los intimida, hace su santa voluntad y dice un montón de groserías, en especial a las niñas.

Es terrible y, sin embargo, es con el que más me he encariñado. Le he dedicado mucho tiempo a enseñarle a ser más tranquilo, a no abusar de los demás y a portarse bien. Los primeros días se impresionaba de que lo "cachara" en sus travesuras. Al parecer pensaba que nadie lo veía, que pasaba desapercibido. Me pregunto cuánto tiempo será ignorado por sus padres para que piense que los adultos de hecho no lo ven

En los pocos meses que llevo de conocerlo lo he visto cambiar bastante para bien. Sigue siendo traviezo para llamar la atención, pero al menos ya no es tan agresivo. Incluso he descubierto que tiene un lado artístico: le encanta dibujar vírgenes de Guadalupe y colorearlas con acuarela. Y no le quedan nada mal...

Sé que no va muy bien en la escuela y que no hace sus tareas. Como miente y dice que no le dejaron nada, hoy decidí llevarle yo unos ejercicios de inglés. Era algo muy sencillo; nada más tenía que relacionar palabras con dibujos de animales. Me senté a ayudarlo a sabiendas que el inglés que les dan en la escuela es realmente deficiente. Me esperaba que no supiera el significado de las palabras. Lo que definitivamente no me esperaba, es que no pudiera leerlas.

-Emiliano, no importa que no sepas pronunciar en inglés; lee como si fuera en español.

Silencio. Emiliano sonrió con vergüenza y bajó la cabeza. Fue entonces cuando me di cuenta de que ni siquiera sabía los nombres de las letras.

Pasé toda la tarde de hoy repasando letras y sonidos. Sinceramente no tengo la técnica para enseñar a leer y me limité a imitar lo que las maestras hicieron conmigo en preprimaria. El pobre de Emiliano se aburría, era una verdadera tortura para él.

Hoy salí del servicio indignada y conmovida. El próximo jueves voy a ir con dos regalos para Emiliano: un libro de español y una caja de acuarelas.

3 comments:

Nerea said...

UY... qué denso...

Es, sin embargo, patético saber que de hecho como dices debe pasar horas abandonado por los padres. Digo, no sólo el que pensara que nadie lo ve cuando hace sus travesuras (¿o son travezuras para ser traviezo :P?), sino el que tenga 10 años y nadie haya notado que no sabe leer.

Enseñar a leer no es cosa sencilla, la verdad, es un verdadero y complicado arte. Ahora, no vayas a pensar que te trato de desanimar ni mucho menos. Vas por buen camino: ya hallaste que le gustan las acuarelas. ¿Y si tratas de enseñarle las letras coloreando? Como cuando uno colorea por números, pero esta vez con letras. Ya trataré de pensar más posibles ejercicios para que no se le haga tan aburrido. Siempre que encuentres algo que le atriga vas de gane, te lo aseguro ;)

La vida es una cosa sorprendente y son lso niños quienes más nos recuerdan ese hecho.

Emilia Kiehnle said...

Muchas gracias, Nerea (por la corrección ortográfica, por la idea y por el apoyo, jeje).

No voy a rendirme ante este chaparro, me cae demasiado bien como para dejarlo tan indefenso ante la vida .

Alberto Tensai said...

Yo me pregunto, ¿cómo demonios sigue en la escuela si no sabe leer?

Anyway, es un niño dominante, ¿no? Háblale de las ventajas de quien sabe leer y de quienes leen a menudo sobre el resto de la gente y quizás su deseo de seguir destacando ayude al proceso...

No sé qué más recomendarte jeje. ¿Ponerle La Espada en la Piedra? jiji