Wednesday, December 13, 2006

Al final del primer semestre

El día en el que volteas a tu escritorio y, en lugar del desorden acostumbrado, ves un diccionario de griego, la colección completa de Tópicos y un volumen de la Física de Aristóteles...
Cuando te das cuenta de que hablas todavía más raro que de costumbre y que las personas de la cafetería te ven con una mezcla de desprecio, miedo y curiosidad...
La tarde que pasas en una fiesta con tus amigos de la facultad escribiendo nombres de filósofos en los vasos deshechables y riendo de chistes que nadie más entiende...
Es en esos pequeños instantes cuando comprendes que tu vida ha cambiado.

Wednesday, November 29, 2006

El poder de las palabras

-¿Emperador Cuzco?

-Sí, ¿a quién esperabas?

-Es que... no luce como emperador.

-¿Luce? ¡Hablas como película doblada!

Todo aquel que reconozca el diálogo recordará los viejos tiempos, cuando las películas para niños tenían un vocabulario más formal y elevado que las de ahora. A lo mejor no lo entendíamos del todo, pero gracias a eso adquiríamos un mayor conocimiento (¡éramos niños cultos!).

Hoy en día, con ese afán de "hacer accesible" la información para la gente en general, se ha simplificado mucho el vocabulario. Tanto el lenguaje de las películas como el jurídico, el filosófico y el científico han sufrido modificaciones por esta nueva corriente. En esto tienen mucho que ver los medios de comunicación, que se han dedicado a reducir la complejidad de la realidad a tópicos, ideas o slogans ampliamente difundidos en la sociedad. El problema es que, muchas veces, al intentar simplificar un concepto complicado, se pierde el significado profundo de éste. Como bien dice el escritor español José Ramón Ayllón: "la sencillez no siempre refleja la verdad: para muchos norteamericanos, los españoles somos toreros o guitarristas, y todas las españolas bailan flamenco".

Cuando se intentan transmitir altos contenidos culturales o éticos de manera simplificada puede haber peligrosas consecuencias. Por eso en la actualidad términos como la tolerancia y el respeto se entienden como indiferencia, la ruptura de los compromisos y la desvinculación de toda responsabilidad se identifican con la libertad y se confunde el carácter relativo de la verdad con el relativismo.

Todas estas ideas han sido hábilmente esparcidos entre la gente para manipular a la sociedad por pequeños grupos que buscan sus propios intereses. La única manera de no caer en esto es lo que yo llamo la "resistencia mental". No dejemos que nos gane la flojera: hay que seguir pensando; formarnos una mente crítica y no tragarnos toda la porquería que intentan meternos a diario en los comerciales, noticias y slogans publicitarios. Hay que ser verdaderamente libres: libres pensadores.

Tuesday, November 28, 2006

Sabotaje.



Tener que decir dos palabras
es como escribir un soneto.

Querer expresar todo un mundo
uniendo sílabas, uniendo espíritus:
iniciando en cuatro estrofas
escribiendo catorce versos
robando las dulces ideas
o componiendo un nuevo enredo.

(Si se nota que no dije nada, es culpa de Poncela y de cierto sabotaje).

Sunday, November 26, 2006

Goethe




Wer den Dichter will verstehen
muss in Dichters Lande gehen.

Saturday, November 04, 2006

When the soul wants... the soul waits



-¿Quién eres?- preguntó el principito-. Eres muy lindo.
-Soy un zorro- dijo el zorro.
-Ven, vamos a jugar- le propuso el principito-. Me encuentro muy triste...
-No puedo jugar contigo- dijo el zorro-. No estoy domesticado.
-¡Ah! Perdón- dijo el principito.
Pero después de refexionar, agregó:
-¿Qué significa domesticar?
-Tú no eres de aquí- dijo el zorro-. ¿Qué es lo que buscas?
-Busco a los hombres- dijo el principito-. ¿Qué significa domesticar?
-Los hombres- dijo el zorro- tienen rifles y cazan. Es muy molesto. También crían gallinas. Ése es su único interés. ¿Tú también buscas gallinas?
-No- dijo el principito-. Yo sólo busco amigos. Pero dime, ¿qué significa domesticar?
-Es algo demasiado olvidado- dijo el zorro-. Significa crear lazos.
-¿Crear lazos?
-Sí- dijo el zorro-. Para mí tú eres sólo un muchachito igual a otros muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. Yo sólo soy un zorro como cualquier otro. Pero si tú me domesticas, tú necesitarás de mí y yo de ti. Serás para mí único en el mundo. Y yo también seré para ti único en el mundo.
-Empiezo a entender- dijo el principito-. En mi planeta hay una flor y creo que me ha domesticado.
-Es posible- dijo el zorro-. ¡En la Tierra se ven toda clase de cosas...!
-¡Oh! no es en la Tierra- dijo el principito.
El zorro pareció muy interesado:
-¿En otro paneta?
-Sí.
-¿Hay cazadores en ese planeta?
-No.
-Eso es interesante. ¿Y hay gallinas?
-No.
-No hay nada perfecto- suspiró el zorro.
Pero el zorro volvió a su idea.
-Mi vida es monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas son muy parecidas y los hombres son también muy parecidos entre sí. Así que, como verás, me aburro un poco. Pero si tú me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos hacen que yo me esconda bajo la tierra. El tuyo me llamará fuera de mi madriguera, como una música. Y además, mira. ¿Ves allá, los campos de trigo? Yo no compro pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. Es algo triste. Pero tú tienes los cabellos de color del oro. Cuando me hayas domesticado, será algo maravilloso. El dorado trigo será un recuerdo de ti. Y me gustará mucho el ruido del viento en el trigo...
El zorro permaneció en silencio y observó por largo rato al principito.
-Domestícame, por favor- dijo el zorro.
-Quisiera hacerlo- dijo el principito-, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen las cosas que se domestican- dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Las cosas se compran ya hechas a los mercaderes. Pero como no existe nungún mercader amigo, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!
-¿Qué hay que hacer?- dijo el principito.
-Bueno, hay que ser muy paciente. Al principio te sentarás un poco lejos de mí, así, en la hierba.Yo te echaré un vistazo y tú no dirás nada. La palabra es la fuente de malentendidos. Pero conforme pasen los días, te sentarás cada vez más cerca.
Al día siguiente el principito volvió.
-Es mejor que siempre vengas a la misma hora- dijo el zorro-. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Conforme avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado y un poco inquieto, sólo así descubriré el precio de la felicidad. Pero si vienes a cuelquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Tú sabes, los ritos son necesarios.
-¿Qué es un rito?- dijo el principito.
-Eso también es algo complicado- dijo el zorro-. Es lo que hace que un día sea diferente de otro; un hora diferente de otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. El jueves es un día maravilloso. Voy a pasearme hasta la viña. Si los cazadores no tuvieran un día fijo para bailar, todos los días serían iguales y yo no tendría vacaciones.
Fue así como el principito domesticó al zorro. Mas cuando llegó el día de la partida, el zorro dijo:
-Voy a ponerme a llorar.
-La culpa es tuya- dijo el principito-. Yo no quería causarte ningún mal, pero tú quisiste que te domesticara.
-Sí- dijo el zorro.
-Pero vas a llorar- dijo el principito.
-Sí- dijo el zorro.
-Pero no ganas nada.
-Sí gano algo: ahora el color del trigo es más agradable.


-Antonie de Saint Exupéry,
El Principito

Thursday, October 26, 2006

Segundas regresiones


¡Me duele mi boquita!
No sé por qué, pero a últimas fechas he sido bastante maltratada por los dentistas. Antes los consideraba doctores amables y simpáticos, pero ahora me parecen verdaderos carniceros.
Esto de usar brackets es espantoso. Me duelen las encías todo el tiempo, no puedo comer lo que se me antoja y además me siento y me veo extraña. Estoy segura de que si nuestros padres los hubieran usado, jamás se les habría ocurrido ponérselos a sus hijos... (¿o sí? Tal vez y yo algún día lo haga, pero para entonces ya voy a haber olvidado cómo se siente. Seré una madre inconsciente).
Supongo que es el precio de la salud y la belleza. Nimodo.

Thursday, October 12, 2006

Un regalo ocasional

Defensa de la alegría

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
Defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
Defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
Defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
Defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
Defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.


Mario Benedetti


(Muchas gracias por el regalo; me ayudó a pensar, a sonreír, a sentirme acompañada y a no dormirme en clase de historia el día de hoy).

Wednesday, September 20, 2006

"Herr der Diebe"


"Los mayores no recuerdan lo que era ser niño.
Por mucho que digan lo contrario.
Ya no lo recuerdan, creedme.
Lo han olvidado todo.
Lo grade que les parecía el mundo entonces.
Lo difícil que podía resultar subir a una silla.
¿Qué sentían, al tener que mirar siempre hacia arriba?
Lo han olvidado.
Ya no lo saben.
Tú también lo olvidarás.
A veces, los mayores hablan de lo bonito que era ser niño.
Incluso sueñan con volver a su infancia.
¿Pero con qué soñaban cuando eran niños?
¿Lo sabes?
Yo creo que soñaban con llegar a ser adultos por fin."


- Cornelia Funke, El señor de los ladrones -

Tuesday, September 19, 2006

Regresiones

Michael Ende, en uno de los capítulos de La Historia Interminable (si no la han leído, háganlo), tiene un personaje muy curioso llamado Doña Aiuola, que vive en una casa llamada "la casa del cambio", pues quien entra ahí sale cambiado. A este lugar es a donde llega Bastian, el protagonista de la historia. Entonces Doña Aiuola lo recibe y lo atiende, pero siempre tratándolo como a un bebé: le da de comer, lo mima, lo viste y lo hace dormir en una cuna. La casa de cambio, por su parte, hace crecer sus paredes y sus muebles para que Bastian recuerde lo que se siente ser un niño pequeño. Al principio a él no le parece, pero poco a poco va aceptando los nuevos tratos y llega a recordar muy bien lo que era ser un niño.

Tal vez fuera de contexto esto no haga ningún sentido, pero lo recordé porque así es precisamente como me siento ahora. Mi mente inquieta funciona como siempre y constantemente se me ocurren cosas que quiero comunicar, pero no puedo hablar. Tampoco puedo comer otra cosa que no sean papillas y tengo que hacerlo lento y con cuidado. Quiero hacer un montón de cosas, pero me canso muy rápido y tengo que dormir mucho. Es como volver a ser un bebé.

Al enfermarse uno aprende a desarrollar la poca paciencia que tiene (¡la virtud es una paciencia!), pues no hay mucho que hacer al respecto, salvo esperar. Mientras tanto, seguiré viviendo en mi propia casa de cambio, a ver qué novedades encuentro en mí misma.

En lo más oscuro de mi bosque...


¡Qué difícil es esto de abrir el corazón, de desnudar el alma y de olvidar la razón! Para eso se inventaron los chocolates, las florerías, los regalos y los días festivos. Ya sea el 10 de Mayo o Navidad, nos acostumbramos a utilizarlos para enfrentar nuestra cobardía.
Difícil y hermoso a la vez, es esto de encontrarse de frente con uno mismo y ver la verdad reflejada en nuestros propios ojos. Es una sensación extraña y singular, pero vale la pena. Y es que es difícil... tan difícil, decir, simple y llanamente: "te quiero".

Saturday, September 16, 2006

El amor según Paulino

Primeramente, querida niña, debo decir a usted que la esencia de la vida, de la justicia, de la religión, de la felicidad y aún de la esperamza es, sin duda, el amor. Bella niña, quien es bendecida por el amor y sus consecuencias, debe considerarse como un ser particularmente favorecido, porque quien experimenta el amor, tiene el alma fértil a la bondad y a la felicidad. Sepa que un corazón limpio valemás que los honores y las riquezas. Quien ama, es perdonado. Quien ama descubre en sí una capacidad única de vivir felizmente. ¡Consérvela! ¡Enriquézcala!

Sin embargo, piense que quien es objeto de su amor podría no corresponder a ese sentimiento necesariamente. Pero no se aflija usted: el amor vale por sí mismo. La llenará de alegría, le permitirá respirar mejor, su tez será más luminosa, los días serán más hermosos y todos parecerán más buenos. Ame, ame usted. Nunca se arrepentirá Mas, no confinda el amor y las ilusiones que éste conlleva, con la mera atracción física o intelectual.

-Paulino Olavarrieta, Carta del 26 de abril de 2005-

Sunday, September 10, 2006

Atrapada por el ocio

La verdad es que nunca esperé tener un espacio de este estilo (soy una de esas molestas personas anti-tecnología que se meten al msn una vez cada dos años), pero, ante la insistencia de una cierta persona, decidí intentarlo. Además, comienza a parecerme interesante. Espero que la siguiente vez que escriba algo sea más extenso y con un contenido que valga más la pena. Mientras tanto, me retiro a estudiar para mi examen de griego...