Friday, August 09, 2019

Ser suficiente



La sensación de esterilidad me acompaña desde hace tanto tiempo que no puedo recordar exactamente cuándo comenzó a atormentarme. Pero sé que no siempre fue así.

Hubo un momento de mi vida en el que me sabía suficiente, en el que no tenía expectativas excesivas sobre mí misma ni este constante sentimiento de culpabilidad que ahora tengo que mantener a raya como a un perro agresivo que me amenaza con sus colmillos.

¿Por qué se ha vuelto tan difícil saberme buena madre, esposa, amiga, hija... persona? Sobre todo cuando otros a mi alrededor no muestran decepción ni exigencia sobre mí. Mi familia y mis amigos creen en mí. ¿Por qué me cuesta tanto trabajo verme con sus ojos, con esa sana indulgencia y comprensión que yo le doy a todos, pero que nunca me permito a mí misma?

Sé que no estoy sola en esta lucha. Es un dolor compartido con muchas personas. Y sospecho que nunca me va a abandonar del todo. Pero sí hay maneras de mitigarlo, de regresar al rayito de luz que entra por la ventana y que me da algo de claridad en este pantano mental en el que me metí sin darme cuenta (otra vez...).

Ser suficiente no significa ser (ni hacer) todo. Simplemente se trata de ser (y hacer) lo que se debe y puede con los elementos disponibles. Ayer recordaba un capítulo de una serie que me gusta mucho llamada "Joan of Arcadia", en donde el personaje principal pasa varios días intentando aprender a malabarear con pelotas. Al final lo consigue, cuando se da cuenta de que siempre hay algo en el aire, algo suelto y fuera de su control, y que eso está bien. 

Las grietas están ahí, no las puedo eliminar completamente, pero puedo calmar un poco la sequía. Al final del día trato de recordar y repetirme esas palabras que siempre me curan como fresco bálsamo ante el dolor y el cansancio: "...a cada día le basta su propio afán."