Friday, December 10, 2010

El arte de brindar sentido a un escrito con la última frase

-Me gustan mucho los niños -dijo la luna-. Sobre todo los pequeños; son muy graciosos. Cuando menos piensan en mí suelo asomarme entre las cortinas y el marco de una ventana para mirar su habitación. Es divertido ver cómo les ayudan a desvestirse. Primero salen del traje los hombritos, redondos y desnudos; luego, el brazo aparece poco a poco, o les veo quitarse las medias y aparecer una preciosa piernecita blanca y firme, hay que besar esos pies, y ylos beso -dijo la lua.

Esta noche, ¡te lo tengo que contar! Esta noche estuve mirando por una ventana que no tenía las cortinas corridas del todo, porque no hay vecinos en la casa de enfrente. Vi un tropel de pequeños, hermanos y hermanas. Había una niña de sólo cuatro años, aunque se sabe el padrenuestro tan bien como los demás, y la madre se sienta todas las noches al borde de su cama y la oye rezarlo, luego le da un beso, y la madre no se va hasta que la niña se queda dormida; todo sucede en un abrir y cerrar de ojos. Esta noche los mayores estaban algo traviesos, uno saltaba a la pata coja vestido con su blanco camisón largo, el otro estaba de pie encima de una silla, rodeado por la ropa de todos los demás; decía que era un cuadro, y los demás tenían que adivinarlo. El tercero y el cuarto ponían ordenadamente los juguetes en el cajón, que es lo que se debe hacer. Pero la madre estaba en la cama del más pequeño y les dijo a todos que guardaran silencio y estuvieran calladitos, porque la pequeña estaba rezando el padrenuestro.

-Miré al otro lado de la lámpara -dijo la luna-. La niña de cuatro años estaba en su cama de blancas y finas sábanas y tenía las manitas juntas y en la carita una expresión muy solemne, estaba rezando el padrenuestro. "Pero, ¿qué dices -preguntó la madre, interrumpiéndola a la mitad de la oración-, después de "nuestro pan de cada día dánosle hoy"? Dices algo más, pero no consigo oírlo bien. ¿Qué es? Tienes que decírmelo". Y la niñita calló y miró cohibida a su madre. "¿Qué es eso que dices además de "nuestro pan de cada día dánosle hoy?"" "No te enfades, mamita -dijo la pequeña-. Pedí que tuviera también mucha mantequilla".


Hans Christian Andersen

1 comment:

Alberto Tensai said...

Jajajajaja es cierto, sólo hasta el final parace chiste...