Wednesday, July 01, 2009

Drama doméstico

De todos los lugares que mi perro Chaz pudo haber escogido para depositar sus olorosos desechos fecales, la alfombra persa de mi madre definitivamente no fue la mejor opción. Mientras mi furiosa progenitora limpiaba el batidillo soltando improperios, el pobre animal la veía desde la puerta con la cola entre las patas. Chaz sabe distinguir cuándo el mal humor de mi mamá se debe a él, por lo que tiene el cuidado de guardar una prudente distancia.

La escena del crimen ha sido escrupulosamente lavada y desinfectada. Parece que la alfombra no sufrió mayores daños. La única evidencia del siniestro es un perro triste que esta noche duerme a la intemperie, a pesar de que cayó una tormenta y todo está empapado.

Nimodo, así es esto; el enojo de una madre es implacable, aunque seas el mimado de la familia.

6 comments:

Emilia Kiehnle said...

Fe de erratas: Chaz duerme encerrado en la cocina sobre periódicos. Al parecer mi mamá tuvo compasión de él al final. Ninguna madre puede contra la tierna mirada de un perro manipulador, jeje.

E.P.S. said...

Definitivamente, el corazoncito termina cediendo a la ternura de una mirada de perro mojado.

En el caso de Gala, de sus silbidillos anhelantes, jiji

La tienes que volver a ver, te parecerá extraño, pero le pusimos un zipper en la panza :P

Emilia Kiehnle said...

¿Un zipper? ¿Y si se lo abres le ves las entrañas? :(

E.P.S. said...

Sí, caray...


:(



Pero también podemos guardar ahí su pelota o usarlo de monedero.

Zoon Romanticón said...

That's almost weird... so weird that seems a lil' bit pathologic...

E.P.S. said...

Se llama, más bien, humor negro...

:P