Friday, February 15, 2008

Comentario a post de Artemisia



A penas hoy pude ver por fin el post de Artemisia sobre las geishas y me interesó mucho la controversia que se armó en los comentarios. No concuerdo en reaccionar cuasi-santificando a Mineko y odiando a Arthur Golden, pues en el fondo no podemos saber qué fue exactamente lo que hablaron y los acuerdos a los que llegaron en privado. También hay que tomar en cuenta que Golden no habla japonés y se comunicó con Mineko por medio de una intérprete, por lo que sería comprensible que hubiera habido mal entendidos. Esto me parece muy factible porque de hecho Golden le agradece mucho a Mineko en su libro. De verdad no creo que una persona que quisiera ganar dinero con un libro tuviera que escribir el nombre de una persona en los agradecimientos. Incluso, mercadológicamente hablando, le convenía dejar a Mineko en el anonimato y decir que una “geisha misteriosa” le proporcionó información. Por eso creo que es muy probable que Golden no haya entendido que Mineko quería ocultar su identidad.

Por otro lado, piensen en la diferencia de culturas. Mineko es una mujer que se crió en un mundo de arte, cultura y espiritualidad. Arthur Golden es norteamericano y está acostumbrado a un mundo mucho menos misterioso y más abierto en la comunicación. No digo que uno sea mejor que el otro, pero estoy segura de que Golden estaba pensando en algo completamente diferente que Mineko al querer saber sobre las geishas. Él quería compartir una experiencia y develar un misterio, mientras que ella quería salvar su mundo (las geishas se están extinguiendo y ella misma dice en su libro que su intención era atraer a occidente a Kyoto y a toda esa cultura que agoniza lentamente).

Los dos pensaron que se estaban ayudando, pero Golden no tuvo la sensibilidad necesaria para comprender que, precisamente, la maravilla de las geishas es el misterio y la sutileza que las envuelve. Es un hombre con mente occidental que piensa en transmitir algo que le parece exótico y, si nosotros fuéramos sinceros con nosotros mismos, nos daríamos cuenta de que lo criticamos mucho, pero gracias a él sabemos lo que sabemos sobres las geishas (después de todo, el libro de Mineko no existiría sin Golden).

Ahora, en cuanto a los libros, debo admitir que el libro de Golden me chocó. Cuando lo leí aún no sabía casi nada sobre las geishas. Siempre me gustaron y me llamaron la atención y sabía que eran una clase de artistas y damas de compañía, pero es cierto que nunca estuvo claro si las geishas eran prostitutas o no, pues ellas mismas nunca lo aclararon. Sin embargo, la razón por la que rechacé el libro no fue por el contenido sexual, sino por lo mal escrito que estaba. Golden es muy malo desarrollando el personaje de Sayuri, pues, intentando meterse en la mente y sensibilidad de una mujer, la hizo muy tonta, cursi e irreal. Durante todo el libro Sayuri se comporta como una niña de diez años y nunca le desarrolla verdaderamente un carácter ni una evolución de madurez. Simplemente es una niña sin chiste que sufre mucho porque vive eternamente enamorada de un ideal de hombre.

La película, por otro lado, rescató al libro, pues ahí se desarrolla mucho más a los personajes y disfrutas las artes audiovisuales sin tenerte que fletar la pobre narración de Golden.

Jaja, acabo de leer lo que escribí arriba y me di cuenta de que destrocé al pobre hombre. No es mi intención, pues sé lo difícil que es escribir una obra de esa magnitud y yo misma tengo muchos problemas para desarrollar a mis personajes, pero, a favor de Golden, puedo decir que tiene cosas muy rescatables, en especial con su insistencia en plasmar la vida dura y disciplinada de las geishas y su devoción al arte. Así que, si quieren leer su libro, no se queden con una mala idea por mi culpa. Es sólo mi opinión como literata.

Continuando con lo anterior, sí es cierto que Golden le faltó al respeto al mundo de las geishas. No las pintó como prostitutas en estricto sentido, pues él mismo aclara en su libro que algunas falsas geishas son las que llevan a cabo esta clase de prácticas, pero sí puede prestarse a mal interpretaciones, porque el personaje de Sayuri es una geisha que vende su virginidad y eso es como decir que todas las geishas lo hacen. Digamos que como novela está en su derecho de hacer a su personaje como a él se le antoje, pero políticamente hablando fue ofensivo con las geishas que se toman en serio su profesión y, evidentemente, las perjudicó para con sus clientes.

El libro de Mineko, por otro lado, me encantó, pues por fin pude saber exactamente qué es una geisha, cuál es su filosofía de vida y los sacrificios tan duros que hacen. Son mujeres que dedican sus vidas enteras a la belleza. Son, por decirlo rápido y mal, como “monjas” del arte. Por supuesto que cultivan mucho su aspecto y buscan agradar, tanto a hombres como a mujeres, pues su trabajo es proporcionar placer y agrado (pero no de naturaleza sexual necesariamente).

De verdad, les recomiendo mucho el libro de Mineko. Es una lástima que su obra haya sido producto de un pleito que le costó gran parte de su respeto y amistades, pero debo reconocer que agradezco que el misterio de las geishas se haya aclarado, porque yo pasé la mayor parte de mi vida dudando si eran prostitutas o no, cuando en realidad forman parte de una cultura milenaria que ahora admiro profundamente.

4 comments:

Alberto Tensai said...

Muy buen debate contigo misma jaja. Creo que tienes razón acerca de Golden, es muy posible que la razón de la distorsión de la historia sea una mezcla de incomprensión y ganas de vender más. En todo caso, no importa.

Quienes quieran saber la verdadera historia ya tiene su opción.

Yo no he leído "Memoirs..." pero sí leí el libro de Mineko y, personalmente, creo que era una persona bastante odiosa. Difícil cuasi-santificarla. Era presuntuosa, superficial y elitista.

Pero el libro es muy bueno, si te interesan este tipo de cosas. Porque lo que importa realmente no es que te caiga bien. Y tampoco es una gran historia.

Su valor radica en su contenido histórico y cultural.

Zoon Romanticón said...

No he revisado ninguno de los dos libros. En ese sentido, mi comentario será pobre y, seguramente, poco atinado.

Lo único que se me ocurre apuntar al respecto es que la fantasía, por más fantástica que sea, nunca posee el derecho de violar esencias reales. Lo que ocurre dentro de la fantasía, no siempre se queda dentro de la fantasía pues, como hemos de recordar, muchas veces ésta hace referencia directa al mundo real.

Y en tanto esta referencia esté presente, se debe respeto a la realidad.

Golden, según parece, toma una realidad y la refiere "desde su punto de vista occidental" afectándola. Eso, pienso, es un craso error, una falta de respeto. La realidad es realidad de personas y modificarla en aras de una historia novelada es dañar, por debajo de la mesa, a quien vive esa realidad.

Mineko, por su parte, suena a una defensora de su historia y tradición, pero poco hábil, si me preguntan. Pienso, según el relato de Golden plasmado en la película y el hecho de que Mineko sepa utilizar elementos occidentales como las entrevistas, que ella debió entender que los mundos eran diferentes.

Si me interesa que entiendan la idiosincracia del mexicano clasemediero no confiaría a un autor alemán que la narrara. Ni siquiera en un tratado de sociología. Son dos mundos demasiado distantes para suponer que no habrá una brecha hermenéutica grave entrambos.

E.P.S. said...

Aclaración: Mineko sí sabía hablar inglés. De hecho cuando la entrevistaron, ella ya lleveba tiempo viviendo en EUA. Ahora bien, es cierto que las categorías mentales sean muy diferntes entre un occidental y una oriental, pero eso no deja de lado hechos que el autor gringo tergiversó para explotar a su libro como Bestseller. Y tiene todo el derecho de hacerlo, pues es una novela, no un documental, y puede asumir o no las responsabilidades de la controverisia que construya. De hecho, gracias a esa misma controversia, fue como Mineko reveló el aspecto personal de su cultura y como pudimor conocerla más accesiblemente. Eso es lo que le agradezco a Golden, sin embargo, no leería su libro simplemente porque antes tengo otros libros más interesantes qué leer.

Admiro en Mineko esos sentimientos de "monja del arte", como tú la llamas y su capacidad de autodisciplina que le fomentó el desarrollo de su educación como geisha.

Muy recomendable el libro de Mineko Iwasaki para quien quiera comprender más el mundo de la flor del cerezo...

pajaro de fuego said...

"Pero el libro es muy bueno, si te interesan este tipo de cosas. Porque lo que importa realmente no es que te caiga bien. Y tampoco es una gran historia.

Su valor radica en su contenido histórico y cultural." Lo siento, Tensai, me perdí, y mira que hablas bien...pero de qué libro hablas? de "memorias de una gheisa" o el de Mineko...?
es que no me leí ninguno y querria saber cual es mejor, aunque mi madre opina como Milo, que "memorias" es un poco "toston"de leer, porque está mal escrito