"Determinación". ¿Qué significado tiene esta palabra para nosotros? Para mí es seguridad, pero no en el sentido de protección, sino más bien en el de convicción. Es llevar una creencia hasta sus últimas consecuencias. Es una forma de vida, un ideal.
Hace poco me pregunté si valía la pena sacrificarlo todo por un ideal. Al principio repelía la idea, pero ahora me doy cuenta de que no se trata de las cosas a las que vas a renunciar, sino el porqué de esta renuncia.
Después de muchas vueltas llegué a una conclusión: el único ideal por el cual valdría la pena morir (y vivir) es el amor. El amor a la vida, al conocimiento, a las personas, a la belleza... a todo cuanto nos rodea. Ahora entiendo a San Agustín: "ama y has lo que quieras"...
El amor nos hace libres.
Hace poco me pregunté si valía la pena sacrificarlo todo por un ideal. Al principio repelía la idea, pero ahora me doy cuenta de que no se trata de las cosas a las que vas a renunciar, sino el porqué de esta renuncia.
Después de muchas vueltas llegué a una conclusión: el único ideal por el cual valdría la pena morir (y vivir) es el amor. El amor a la vida, al conocimiento, a las personas, a la belleza... a todo cuanto nos rodea. Ahora entiendo a San Agustín: "ama y has lo que quieras"...
El amor nos hace libres.
7 comments:
¡Oh, Dios! No puedo, en este momento, más que conceder.
Duda: ¿también vale la pena esta renuncia en vistas de una posibilidad del ideal, es decir: por el poder-amar, poder-ser-amor?
Yo creo que sí. Si no fuera así, ¿entonces que te quedaría?
¿No es mejor arriesgarte? Yo preferiría intentarlo, pues no pierdes nada y puedes ganar mucho.
Concuerdo! Siempre vas a tener que renunciar a algo cuando te arriesgas, pero lo va a valer siempre y cuando estés determinado a no dejar de luchar por ello...
Arriesgarse, amelianismo, o mantenerse abierto. Creo que son ideas que conllevan un mismo fondo: una piedra, por más perfecta que sea, está cerrada sobre sí misma y no permite que el agua (¡tan necesria para la vida) la penetre. A lo más, si el agua es constante, erosionará a la piedra y terminará por reducirla a polvo, pero la piedra no habrá vivido, ni probado el sabor de la vida.
Es necesaria cierta apertura, cierto riesgo, para poder vivir.
La renuncia, primer paso de ese riesgo, quizá, no sea otra cosa que un sencillo peaje para ver y tocar, en su completud, el Edén que nos corresponde.
Determinación: a proteger, a cuidar, a sonreir, a ser, a permanecer, a cambiar.
¡No pienso perder!
jajajaja interesante argumentación y analogía, me gusta...
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