Tuesday, January 23, 2007

"Es de cuerdos vivir locos..."

Lo sé, lo creo, lo siento y lo sostengo. No soy la primera en descubrirlo y espero no ser la última en decirlo.

¿Qué sería de nosotros sin la magia?, ¿para qué nos serviría poder respirar si no fuéramos capaces de reconocer la belleza, los contrastes, la amistad, el amor... la vida misma?

Una sonrisa, un chocolate, un breve gesto de cariño; por eso vale la pena ser y existir.

El universo tiene sentido, no por una explicación cosmológica o un descubrimiento de física cuántica, sino por los pequeños instantes que conforman una vida entera.

Es verdad que nos vamos a ir solos de este mundo y que nuestros nombres y todo cuanto conocemos desaparecerá con el polvo y el tiempo, pero, aun cuando el destino es el mismo para todos y no lo podemos evitar, tenemos la opción de salir a enfrentarlo y morir sonriendo.

Vale la pena ser señalado, escandalizar al mundo y pasar por un lunático, pues al guardar el secreto de nuestra riqueza tras una fachada de alegres colores, no sólo compartimos sonrisas complicidad con algunos que nos saben reconocer, sino que también teñimos de emoción el pequeño mundo grisáceo que habitan aquellos que nos critican.

Antes le temía a la insatisfacción, pero hace poco comprendí que es un miedo absurdo, pues es algo que depende de mí y de nadie más. Morimos solos, pero en el fondo vivimos solos también, y no lo digo con un afán depresivo y melancólico, sino con el emocionante descubrimiento de mi libertad y mi capacidad para conocer el mundo e interpretarlo a mi gusto.

Por todo esto, y por muchas cosas más, puedo decirlo: la mejor medicina para cuanquier enfermedad del alma es una pequeña dosis de locura.

4 comments:

Anonymous said...

quien este libre de locura que lance la primera pera...

Zoon Romanticón said...

Sin la magia sería de nosotros un triste engaño colorido. Un cuadro, acaso bello, pero cerrado sobre sí mismo, ignorante de lo que es.

Sí, por esos detalles es que vale la pena ser y existir. Ser, porque esa cualidad nos arroja al mundo. Existir, porque nos impele a estar abiertos al otro, a donarnos. La existencia es éxtasis, acaso el Alemán lo descubrió ya.

Cierto, el orden del universo es cosmológico (física, cuántica, lo que sea). Pero su sentido se lo dan los instantes, pues éstos son lo único que podemos interpretar desde nuestro propio éxtasis. En otras palabras: el universo existe por y para mí.

¿Es verdad?, ¿es verdad que nos iremos solos? Acaso las palaras que se repitan sobre nosotros sean la prueba de que el que Trasciende nunca está solo. Mientras haya una lágrima por nuestra partida, mientras haya alguien que repita nuestro nombre o que, bajo el pseudónimo de anónimo, recite nuestras obras, mientras tanto, puede existir la certeza de que no estaremos solos al dejar atrás este valle.

Vale la pena ser señalados, por lunáticos. Mientras que la locura pinte de emociones el mundo, vale la pena.

Y ya no sigo comentando, no porque no quiera, tampoco porque no pueda, sino porque no me da el espíritu para escribir más palabras.

E.P.S. said...

Libiamo!

Pollo, esa magia de la cotidianidad, esa habilidad de saber mirar... ese algo que hace nuestro mundo diferente al de los demás...!

Pocos somos los locos que nos atrevemos a defenderlo con locura!

Qué miedo a ser señalado ni qué nada, tomemos el ejemplo de Cyrano y sonriémos: "un enemigo más"

El sabor de la locura es que está siempre en contacto con las cuerdas... de ahí que salga la música ;)

Jaime Alberto Tovar said...

"Amada imaginación, lo que más amo en tí es que jamás perdonas"

Andre Breton, Manifiesto Surrealista