Si le es posible, se le espera el jueves en el bosque, en el antiguo recinto sagrado de cuatro (¿o tres?) soñadores empedernidos que gustaban de compartir el vino en una copa "iluminada".
Espero contar con su presencia.
Atte. Miloflint
El otro día alguien me dijo que yo era una niña de recuerdos, pues de alguna forma logro que las personas acaben recordando algo de su pasado, así sea un regaño, una anécdota graciosa o una canción olvidada. No es la primera vez que me lo dicen y sé que tampoco será la última.
Es verdad que soy nostálgica, pero lo soy de una manera sana, disfrutando mi presente y tratando de mejorar. No le veo mucho sentido a limitarme a añorar otros tiempos, dejando los recuerdos estériles e improductivos. Estoy firmemente convencida de que vale la pena pensar en el pasado siempre y cuando se logre encontrar algo para nuestro presente. Puede ser una enseñanza o simplemente un recordatorio de quiénes somos y quiénes queremos ser. A fin de cuentas, alguien que carece de pasado no puede tener un futuro, ¿no es así?