Thursday, June 20, 2013

La vida no está hecha de poesía



Fantasía; mi bello y peligroso refugio desde que tengo memoria. Se me da con facilidad, en forma de diálogos imaginarios, historias, imágenes, sueños.

Sé que no es mala en sí misma, pero he aprendido a temerle, porque sé que en mí fácilmente puede convertirse en obsesión. Se vuelve mi fuente de vida y sentido, y eso no está bien. Ha habido etapas de mi vida en las que vivía más tiempo en mi mente que en la realidad. Me levantaba, comía y funcionaba en el mundo como si se tratara nada más de "pasar la tarjeta"; un requisito absurdo para seguir existiendo, para seguir soñando. 

A los demás parecía no molestarles: me veían con un libro o escribiendo y entonces todo estaba bien. Mi vicio era socialmente aceptado, incluso aplaudido.

Me di cuenta de había dejado de ser un juego inocente cuando empecé a preferirla a la vida real, pero no me importó. Seguí hasta enfermarme de fantasía, hasta empezar a confundirla con la realidad. 

No recuerdo qué fue lo que me salvó en aquella ocasión, sólo sé que hubo un día en el que preferí la vida al sueño. De lo que sí me acuerdo es que fue difícil. Se trató de una auténtica desintoxicación y tuve que aprender a controlarme para no caer de nuevo. 

Llevo muchos años viviendo, en el más pleno sentido de la palabra, pues probé el placer de construir cosas reales y me encantó. El único problema es el dolor. No es que en la fantasía no existiera; de hecho me autoconmovía hasta las lágrimas con regularidad. Pero eran lágrimas hechas de poesía, era un dolor disfrutable, estético. El dolor real es seco, duro y burdo. Muy burdo. 

La tentación del sueño es enorme otra vez. Vuelvo a la guerra conmigo misma. ¿Cómo se gana una guerra así?

 




4 comments:

Nerea said...

Con conciencia. Con paciencia. Con dosis moderadas de fantasía. Michael Ende dice que la fantasía es una forma de acercarse a la realidad. Mientras no quemes el puente que los une, y sepas pasear de un lado al otro sin estancarte, no creo que tengas problema.

Emilia Kiehnle said...

Dosis moderadas... esa es la cuestión, jeje. Soy una junkie rehabilitada que debe huir de la tentación :P

Alberto Tensai said...

Si tan peligroso es para ti, comienza por moderarte con Dr. Who!

Nerea said...

¡Junkie rehabilitada! :/ Ok, ni modo: altas dosis de realidad, serán :P