Sunday, April 26, 2009

Limpiándome las cenizas

Hace un par de semanas escribí esto. Olvidé publicarlo, pero hoy lo volví a encontrar.

Es reconfortante leer esto en retrospectiva y darme cuenta de la fuerza que puedo encontrar en mí cuando lo busco. La vida puede ahogarnos a veces y, aunque no veamos claro por la basura que nos rodea, siempre que lo decidamos, podemos salir a tomar aire fresco.





"Ya no puedo leer, no puedo escribir, no puedo hacer nada. Estoy como bloqueada. Empiezo un libro, pero después no encuentro en interés para seguirlo. Quiero publicar en mis blogs y se me ocurren varias ideas, pero no las desarrollo. Me encuentro en un estado de “idez” que me aísla de la profundidad. Voy como sedada por la vida.

Estoy demasiado metida en el mundo. Me importa comer, dormir, arreglarme, pasarla bien y cumplir mis obligaciones indispensables. Cuando tengo tiempo libre no soy capaz de producir nada. Antes dejaba de hacer tarea por dedicarme a mis manualidades y a mis escritos, pero ahora a penas termina mi día y tan sólo quiero dormir o meterme a facebook.

¿Cuándo me volvía tan aburrida, tan frívola? Me niego. No quiero perderme en lo cotidiano y superficial. Quiero pensar, sentir, producir. Quiero encontrar mi pasión, romper este tedio, esta odiosa pereza que me arrastra y me sumerge. Necesito aire fresco para despertar.

Este post es una confesión, un intento de salir de mi estado actual. Me tengo que obligar a matar al demonio de mi flojera y comodidad. Me acosa desde siempre, pero pensé que había logrado deshacerme de él. Me equivoqué. Nunca hay que bajar la guardia.
Así, pues, aquí estoy. Desenfundo mi espada."

Wednesday, April 15, 2009

Interrupciones cotidianas

Ayer llegué a mi casa en la noche y me senté con Zoon en el comedor a hacer mis trabajos de la universidad. Estábamos los dos muy tranquilos escuchando música y disfrutando de la pasividad del momento, cuando de pronto mi estómago rugió notoriamente. En lo que me paré a la cocina para prepararme un poco de botana para picar, bajó mi hermana y se rompió el silencio. Se puso a platicar con nosotros y nos pusimos a cenar. En el ínter llegó mi madre y Zoon y yo la acompañamos un rato.

De repente mi madre gritó: "¡Eso es una rata!"

No era rata, sino ratón, pero de todos modos fue alarmante la situación, porque estaba caminando por los muebles de la cocina. Nos paramos todos rápidamente y sin darme cuenta le torcí el pie a Zoon con la silla. Llamamos a mi hermano y a mi primo que estaban arriba y nos dedicamos a cazar al intruso roedor.

Fueron cerca de tres o cuatro horas intentando sacar al animalillo de la cocina. Cuando descubríamos su escondite, salía corriendo a otro mueble. Tuvimos que mover toda la cocina, sacamos los trastes para poder mover los muebles, usamos escobas, periódico, agua y hasta la aspiradora.

El pobre del Zoon estaba con su pie cucho en medio de todo el caos sin poder hacer nada. Se tuvo que ir a la mitad de la empresa y los demás continuamos con la cacería. Al final el mugre ratón se salió solito al jardín y nosotros nos quedamos con una cocina sumamente desordenada y con el piso mojado. Después de limpiar mi madre resolvió ir a cenar tacos con mi hermano, mientras que yo me subí a trabajar. A penas leí unos minutos y me quedé dormida. No he terminado mi trabajo y es para hoy.

Definitivamente, ser estudiante de filosofía e hija de familia son dos cosas altamente incompatibles.