Thursday, March 26, 2009

Angustia Heideggeriana

Hoy presencié una revolución en mi salón. Desde que llegué a clase, lo primero que me dijeron fue: "Emilia, ¿ya sabes qué vas a hacer con tu vida después de la carrera?"

Creo que fui una de las pocas personas que contestó afirmativamente, y creo que, lejos de ayudar, agobié un poco más a mis compañeros.

Entiendo la angustia, entiendo la perspectiva de un "tener que hacer" en un futuro carente de significado. El sentido lo damos nosotros, y lo damos desde el presente, desde nuestra actualidad.

Sin embargo, es una posición en la que estamos todos. En realidad, aunque tengo mis planes, nunca sabré qué vendrá, hasta que venga. Vivir es un constante riesgo, una constante apertura, y es algo que no podemos evitar. Cerrarnos al futuro no evitará que éste llegue.

Coincido con Heidegger, pero, a diferencia de él, yo no me quedo en la ontología. Yo me contesto con algo más, con una trascendencia. No soy tan original en ese sentido, pero por lo mismo, vivo más tranquila.

Saturday, March 21, 2009

Sigo aquí sentada...




Hay que aprender a esperar, aunque cueste.

Me considero una persona paciente. No siempre lo fui, pero me oblogué a aprender. De todos modos, me pesa todavía la espera. Saber lo que sigue, pero no poder alcanzarlo todavía. Estar lista desde hace horas y ver cómo el resplandor de hace un momento se normaliza.

El tiempo hace estragos. Cuando me vestí hacía calor, pero ahora el ambiente está más fresco. Cuando terminé de bañarme tenía la cara blanca, suave y limpia: ahora está como siempre.

Tal vez exagero. No es tanto tiempo, en realidad. Pero es horrible tener que esperar, en especial cuando tienes ganar de salir.

¿Si quiera estoy diciendo algo? Quién sabe, pero eso sí: desvariar en mi blog ayuda bastante.

Friday, March 13, 2009

Para filósofos y tvfilos

Está en portugués, pero igual se entiende.

Monday, March 09, 2009

Un día como cualquier otro



Se levantó una mañana como cualquier otra. Se metió a bañar, se vistió, se puso los lentes de contacto y se peinó. Luego salió a vivir. 

El día siguiente fue lo mismo. El que le vino a ese también. Pasaron muchos días, quizás años. Cada vez, se miraba al espejo para arreglarse, para pintarse o depilarse las cejas. Constantemente tenía cuidados para que su rostro se viera agradable y estético. 

También veía su cuerpo, todos los días, en el enorme espejo del baño. 

Un día, sin embargo, mientras se peinaba frente al espejo, se le ocurrió verse a los ojos. No fue un "verse" como cualquier otro día, sino que se descubrió a sí misma dentro de sus pupilas. Se quedó estática durante unos minutos, mirándose. Por un instante, se sintió desnuda. Incluso le dio un poco de miedo, pero no quería dejar de verse. Estaba como hechizada. 

Nunca sabremos qué fue lo que vio aquél día, pero desde entonces ve más allá de las cosas. Es como si hubiese obtenido una especie de poder de penetrarlo todo. 

Desde ese día, Emilia ve a los ojos de las personas como si fueran espejos. 

Wednesday, March 04, 2009

El "pero" ya es carencia

Si tienes aunque sea un "pero", no te acerques a mí. 

Estoy dispuesta a conocerte y a esperarte. No tengo reparos en confiar y soñar contigo, en planear un futuro y comprometer mi presente. Pero no me pidas que adelante lo que está llamado a ser pleno. 

Te quiero completo, seguro. Aunque tan sólo falte un pequeñísimo aspecto, si no te tengo todo, mejor no te tomo. Prefiero sufrir la espera que sufrir el desencanto. No quiero conformarme con una probadita cuando puedo comer un opíparo festín. 

Si tienes aunque sea un "pero", no eres libre para mí. La entrega es absoluta, el amor sólo es uno. 

No me pidas que trunque lo mejor que tengo para darte. No arrebates los que quiero regalarte libremente. 

Ven conmigo. Caminemos lado a lado. Superemos juntos ese "pero".