Thursday, January 03, 2013

You spoke to me




How did you come to me, in what shape, what disguise?

How did I lose you? Wandered. Forgot you.

You spoke to me. Through her you spoke to me, from the sky, the trees. Before I knew, I loved you, believed in you.

When did you first touch my heart?

What was it you showed me? I didn’t know how to name you then. But I see it was you. Always you were calling me.

Keep us. Guide us to the end of time.


-Jack, The tree of life


Me pregunto cómo será para ti. Naturalmente he pensado que tu primer acceso será a través de mí y de tu papá, pero sus caminos no siempre coinciden con lo que nosotros esperamos. Aunque, confieso, sí se lo he pedido. Le he pedido saber guiarte a él, saber enseñarte a amar, a ser realmente feliz, a vivir una auténtica esperanza. Y es que a ti todavía no te pasa; todavía no te has enfrentado al sufrimiento innecesario, no te has golpeado contra la pared una y otra vez.

Algún día lo verás, desafortunadamente, en ti y en otras personas. Hay gente, mucha, a la que le cuesta mucho trabajo aprender a vivir. Tan sólo espero poder ayudarte para que a ti no te pase, para que aprendas rápido y te ahorres muchos dolores vacíos. Quiero que aprendas a sufrir (porque eso también se aprende). Quiero que entiendas y que encuentres un sentido para el sufrimiento, porque sólo así encontrarás también un sentido para la felicidad.

Sé que te vas a tropezar, es normal. Sé que algún día las explicaciones no bastarán, porque así somos: tenemos que experimentar. No somos seres puramente racionales. En especial cuando se trata de cosas tan importantes como el sentido, el amor o la trascendencia. En esos casos se trata mucho de vivirlo, en el sentido más empírico de la palabra.

Tan sólo espero que algún día comprendas (y cuanto más pronto mejor) que sumergirse en la vida también trata de pensar mucho sobre ella. Hacer y pensar son dos acciones que van juntas, y hay que ejercitarse en ambas.

Pero no te preocupes, no vas a aprender todo esto tú solito. Aunque todos te fallemos (porque las personas tenemos ese defecto de no ser suficientes por nosotras mismas), él no sabe fallar. Si logro que lo conozcas y que formes una relación fuerte y cercana con él, me sentiré satisfecha. Y si no se me concede esa gracia de ser tu puerta, tampoco habrá problema: él sabe muy bien cómo ponerse en tu camino. Ya lo verás.