Wednesday, April 21, 2010

Husmeando en las intimidades de Heidegger

"Querida Hannah:

¿Por qué es el amor tan rico, superando todas las dimensiones de las otras posibilidades humanas, y por qué supone una carga dulce para aquellos a quienes afecta? Porque nos convertimos en aquello que amamos y, no obstante, seguimos siendo nosotros mismos. Querríamos dar entonces las gracias al amado y no encontramos nada que satisfaga este deseo.

Sólo podemos dar las gracias dándonos a nosotros mismos. El amor transforma la gratitud en fidelidad a nosotros mismos y en fe incondicional en el otro. De este modo aumenta el amor continuamente su misterio más propio."

Este es un fragmento de una carta que el filósofo alemán Martin Heidegger le escribió a Hannah Arendt, alumna suya, gran filósofa también, y con quien mantuvo una relación amorosa, a pesar de que él le llevaba 17 años y que estaba casado y con hijos.

Zoon encontró un maravilloso libro con la correspondencia de estos dos en la biblioteca de la UP. Ya sabía que existía, pero en la facultad corría el rumor de que era un libro muy aburrido porque no eran cartas de amor, sino de pura filosofía (y Heidegger tiene fama -porque se la ha ganado- de ser un filósofo pesado y difícil de leer).

Sin embargo, como podrán ver, el rumor resultó falso. Efectivamente hablan de filosofía, pero filosofan sobre el amor, sobre las relaciones humanas, sobre el dolor, el arrepentimiento y muchas otras cosas interesantes y cercanas a cualquiera de nosotros. Realmente es una delicia leerlo. En especial porque se trata de la correspondencia de toda una vida, desde que eran jóvenes amantes, pasando por su separación y los horrores de la Segunda Guerra Mundial (Hannah era judía) y el reencuentro que tienen, cuando ella ya está casada con otro hombre y Heidegger le confiesa su infidelidad a su esposa (y al parecer ella lo perdona y hasta pide hablar con Hannah, lo cual ella relata sorprendida y conmovida en una de sus cartas). En su vejez se siguen escribiendo, ya como amigos y colegas, hasta que ella muere unos meses después de su última carta.

Siempre me he preguntado si alguien algún día leerá mis cartas cuando yo ya haya muerto. No creo que sean tan interesantes como la de estos dos grandes filósofos, pero ciertamente he escrito y recibido una cantidad de cartas importantes en mi vida. Y eso que a penas tengo 23 años y todavía pienso escribir muchas más... (¿o será que para ese entonces se hagan recopilaciones de blogs? jajaja).